En un principio,
los militares sublevados carecían de un proyecto político bien definido. Pronto
comprendieron que unificar las fuerzas sería más eficaz para lograr su
objetivo. Por ello, en septiembre de 1936 designaron a Francisco Franco como
"jefe de gobierno de Estado". Las razones que favorecieron su
elección fueron sus espectaculares éxitos en África, su habilidad para obtener
ayuda alemana e italiana y la falta de rivales.
Principios ideológicos del régimen.
Franco se inclinó
por una fascistización de su sistema político. Esto se trató más bien de
oportunismo y no de convencimiento, ya que había una laguna ideológica en el
bando sublevado. Se creó la "Falange Española Tradicionalista y de la
Junta de Ofensiva Nacional Sindicalista", Franco adoptó el título de
Caudillo y el ejército obtuvo un papel principal.
El régimen
justificó su existencia como instrumento para frenar la revolución comunista.
Tras la Guerra Civil Franco se une al pacto anticomunista del que formaban
parte Italia y Alemania.
Obtuvo también el
apoyo de la Iglesia Católica, quien había calificado la guerra de
"Cruzada". La Iglesia se vio beneficiada en el campo educativo,
económico y político.
Sistema institucional.
Franco aunó en su
persona todos los poderes y rechazó los principios democráticos del sufragio
universal y pluralidad de partidos políticos. Sólo estaba permitido un partido
político: "Falange Española Tradicionalista y de la Junta de Ofensiva
Nacional Sindicalista".
El régimen careció
de una Constitución escrita y su institucionalización fue muy lenta. Estuvo
regido por las llamadas "Leyes Fundamentales":
-
Fuero del Trabajo: regulaba las
relaciones laborales y prohibía el derecho a la huelga.
-
Ley de Cortes: se crearon las
Cortes Españolas, carentes de iniciativa parlamentaria pero con poder
consultivo.
-
Fuero de los Españoles:
declaración de derechos y deberes con la peculiaridad de poder ser suspendidos
en cualquier momento.
-
Ley de Referéndum Nacional:
aquellas cuestiones que el jefe de Estado considerase oportunas podrían ser
sometidas de referéndum.
-
Ley de Sucesión: establecía que
España era un reino y que tras la muerte de Franco le sucedería una persona con
el título de Rey.
El régimen se
calificó de democracia orgánica basada
en las unidades representativas de la sociedad (familia, municipio y
sindicato). Estas eran consideradas superiores que la representación a través
de partidos políticos.
Los sindicatos
tradicionales se prohibieron y se impuso un sindicalismo
vertical, inspirado en el modelo fascista y que trataba de evitar la lucha
de clases. En 1943 se creó un sistema de seguros de enfermedad, maternidad,
vejez, invalidez y accidentes.
Se ejerció un
exhaustivo control cultural por medio de la represión, la censura, el recorte
de libertades y el encuadramiento de las masas y su adoctrinamiento político.
Apoyos sociales.
El principal apoyo
fue el ejército. Todo el poder de Franco se debía al nombramiento que le
hicieron los militares sublevados en 1936. A cambio, Franco les otorgó prestigio
e influencias sociales, pero en realidad carecían de poder.
Los católicos
santificaron la Guerra Civil, y siempre tuvieron un papel importante en el
régimen franquista. Fue importante la presencia del Opus Dei en los sesenta,
individuos de gran preparación técnica, que ocuparon los ministerios económicos
y basaron sus objetivos más en la eficacia que en la ideología.
Desde el inicio, el
régimen contó con el apoyo monárquico. Terminada la guerra, los monárquicos
exigieron la restauración de la monarquía pero Franco, disimuladamente les
apartó.
Los falangistas
proporcionaron al régimen su ideología y sus símbolos.
El poder de Franco
se mantuvo gracias al apoyo militar, mas no quiso darles demasiado
protagonismo. Por ello recurrió a los católicos, falangistas y monárquicos, a
quienes otorgó poder según le conviniese.
Política internacional. El "camaleonismo"
franquista.
La colaboración con las potencias fascistas (1939 - 1942)
La política
exterior del régimen franquista apostaba por integrarse en el bloque de las
potencias fascistas.
Entre Berlín y
Madrid se mantuvieron buenas relaciones. Fue en octubre de 1940 cuando Hitler y
Franco se citaron en Hendaya. Pese a la aparente cordialidad, el encuentro
resultó un completo fracaso. Se firmó un protocolo secreto por el que España
entraría en la guerra, mas no se concretó la fecha exacta. Hitler,
desilusionado, terminó prefiriendo la neutralidad española.
Poco tiempo
después, Franco se reunió con Mussolini en Bordinguera, Italia, para volver a
tratar el papel de España en la guerra mundial. Tampoco hubo acuerdo.
La política neutralista 1942 - 1945
La actitud de
Franco ante la II Guerra Mundial fue tan inestable como la guerra misma.
La debilidad del
régimen obligó a jugar a dos bandas. Franco no quería apoyar abiertamente al
Eje ni enemistarse con los aliados.
La entrada de
Italia en la guerra y la capitulación Francesa en 1940 hacen que España se
defina como país no beligerante. Aún así, sí que lo era indirectamente mediante
ayudas. España negoció su entrada en la guerra con Alemania, mas Hitler se negó
rotundamente a aceptar la ayuda económica española y territorial.
El ataque alemán a
la URSS significaba el apoyo al anticomunismo franquista, por ello Franco envió
en 1941 la División Azul.
Al entrar EEUU en
la guerra, España decidió retirar las tropas y volver a la no beligerancia.
Esta no beligerancia se remarcó tras la caída de Mussolini. Se retornó a una
neutralidad oportunista e interesada.
El bloqueo internacional a la dictadura 1945 - 1950.
Tras la II Guerra
Mundial, España quedó marginada internacionalmente. Fue considerada un residuo
fascista por los países vencedores. Las grandes potencias acordaron rechazarla
en la ONU por su vinculación con el Eje.
La ONU condenó al
gobierno de Franco por considerarlo una amenaza para la paz mundial, y
recomendando la ruptura de relaciones diplomáticas con España a los países
miembros. Francia bloqueó la frontera pirenaica hasta 1948, se excluyó a España
del Plan Marshall y sólo cinco embajadores permanecieron en el país. El
objetivo era presionar a Franco y forzarle a abandonar el poder. Mas el
aislamiento fue incompleto, ya que el bloqueo comercial no se ejerció en su
totalidad. Se produjo un fuerte impacto moral.
La rehabilitación internacional del régimen franquista.
Tratado Bilateral con EEUU. 1950 - 1959.
Hacia 1950 las
cosas se tornaron más a favor para España. La Guerra Fría ayudó a suavizar el
rechazo de las democracias occidentales y la ONU reconoció el gobierno
franquista.
EEUU comenzó a
modificar su actitud valorando el anticomunismo español e iniciando los
primeros acercamientos diplomáticos y financieros. En 1953 se firmaron tratados
bilaterales, los cuales concedían a los norteamericanos la apertura de bases
aéreas y navales en la península ibérica a cambio de material bélico y ayuda
económica.
En 1955 España
ingresó en la ONU y en el Fondo Monetario Internacional en 1958, no en la
Comunidad Económica Europea ni en la OTAN, por la ausencia de democracia.
La crisis de los años 40. La Autarquía.
Las causas de la crisis.
El impacto de la Guerra Civil: daños demográficos y
materiales.
La guerra civil tuvo unos efectos
económicos desastrosos y dejó al país exhausto. Las destrucciones fueron muy
considerables: ferrocarriles, carreteras y marina mercante. La producción
industrial descendió un tercio y la agrícola en una cuarta parte.
La posguerra no
distinguió entre vencedores y vencidos, un hambre a causa de la carencia de
alimentos se adueñó del país, obligando al racionamiento.
En estos años se
produjo un incremento de la población como consecuencia del aumento del número
de matrimonios que habían sido aplazados por la guerra. El desempleo disminuyó
de manera apreciable.
La población
agrícola superaba a la urbana, con una evolución que determinó la disminución
de la población rural, pues las diferencias entre el crecimiento demográfico y
los recursos económicos disponibles obligaron a las migraciones dentro del
país.
La mala política económica: la autarquía.
El régimen
franquista practicó una política económica autárquica e intervencionista, la
cual provocó el estancamiento español en los años cuarenta. El objetivo era
alcanzar un grado de autoabastecimiento y autosuficiencia sin depender del
exterior. Por ello intervino el Estado en la economía.
El programa
autárquico comenzó en 1939 con la “Ley de Protección y Fomento de la Industria
Nacional” y “Ley de Ordenación y Defensa de la Industria Nacional”. Esto implicaba
la reducción y el control de las importaciones y la intervención estatal
directa.
Se limitaron las
importaciones restringiendo las compras de productos extranjeros. Se organizó
la producción y distribución de cereales, obligando a los cultivadores a vender
su mercancía a organismos oficiales. Se implantó el racionamiento de los
productos de consumo de primera necesidad. En 1941 se creó el INI, cuyo
objetivo era impulsar la industrialización creando empresas públicas, y ese
mismo año se creó RENFE mediante la nacionalización de toda la red de
ferrocarriles peninsulares.
El estado de la economía. La agricultura y los malos
rendimientos. La industria y el bajo nivel de producción. El comercio:
inexistente comercio exterior y alteración del interior (racionamiento y
estraperlo). Financiación deficitaria del Estado: inflación. El estancamiento
de los salarios: el hambre.
Las consecuencias a
las medidas autárquicas fueron negativas.
La renta per cápita
descendió. La producción industrial se redujo debido a la falta de materias
primas, capital, maquinaria y tecnología solo posible con las importaciones. La
inflación se elevó ante la excesiva emisión de moneda para financiar la deuda
estatal. Hubo un déficit comercial y el nivel de vida, al igual que los
salarios descendió. Hubo un hambre generalizada y apareció el estraperlo.
El cambio de orientación del régimen.
A partir de los
años cincuenta, el régimen inició una tímida apertura económica. Puso fin al
racionamiento, relajó el control sobre los mercados e inició una reforma
agraria e industrial limitada que permitió un cierto incremento de la renta
nacional, un control de la inflación y un cierto crecimiento industrial.
Sin embargo, a
mitad de década, a pesar de la ayuda económica norteamericana, los problemas
económicos persistieron y se originaron protestas obreras y universitarias.
Estas fueron duramente reprimidas mas demostraron que la política autárquica
era inviable.
En 1957, Franco
nombró un nuevo gobierno. La influencia de Carrero Blanco fue decisiva para la
entrada de los tecnócratas del Opus Dei. Los nuevos ministros tenían una
tendencia más moderna en lo económica, aunque eran conservadores en lo político
y en lo social. Este cambio de gabinete fue decisivo para la continuidad del
régimen y para el futuro desarrollo económico. Se puso fin a la política
autárquica y se emprendieron medidas liberalizadoras.
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